PETICIÓN PERSONAL DE LUIS FRANCISCO SOTO GARCÍA A SAN MIGUEL ARCÁNGEL
San Miguel Arcángel, defiéndeme en la batalla. Sé mi amparo contra las perversidad y asechanzas del demonio.
San Miguel Arcángel, defiéndeme en la batalla. Sé mi amparo contra las perversidad y asechanzas del demonio.
San Miguel Arcángel, defiéndeme en la batalla. Sé mi amparo contra las perversidad y asechanzas del demonio.
Reprímele Dios, pido suplicante, y tu príncipe de la milicia celestial arroja al infierno con el divino poder a: Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. (Amén.)
Oración a San Miguel Arcángel para Pedir la Protección del Cielo
Oh gloriosísimo San Miguel Arcángel, príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales, custodio y defensor de las almas, guarda de la Iglesia, vencedor, terror y espanto de los rebeldes espíritus infernales.
Humildemente te ruego, te dignes librar de todo mal a los que a ti recurrimos con confianza; que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda y que, mediante tu incomparable protección adelantemos cada vez más en el servicio del Señor nuestro Dios; que tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida, especialmente en el trance de la muerte, para que, defendidos por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas, cuando salgamos de este mundo seamos presentados por tí, libres de toda culpa, ante la Divina Majestad. (Amén.)
Humildemente te ruego, te dignes librar de todo mal a los que a ti recurrimos con confianza; que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda y que, mediante tu incomparable protección adelantemos cada vez más en el servicio del Señor nuestro Dios; que tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida, especialmente en el trance de la muerte, para que, defendidos por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas, cuando salgamos de este mundo seamos presentados por tí, libres de toda culpa, ante la Divina Majestad. (Amén.)
Oración de Invocación a San Miguel Arcángel para la Salvaguarda Celestial
Oh, poderoso San Miguel Arcángel, líder supremo de las huestes angélicas, escudo y baluarte de las almas fieles, protector inquebrantable de la Iglesia de Cristo, y azote de los espíritus rebeldes que se ocultan en las sombras.
Con humildad y reverencia, acudo a ti, buscando refugio bajo tus alas de luz. Imploro tu gracia para ser liberado de las garras del mal que acechan en silencio; que tu presencia sea el faro que guíe mi camino y la fortaleza que sostenga mi espíritu.
Que tu protección sin igual me impulse hacia adelante en mi devoción al Señor Todopoderoso; que tu fuerza celestial me inspire a perseverar en cada jornada, y en el umbral de la eternidad, sea tu mano la que me conduzca, libre de falta, ante el trono de la Gracia Divina.
Defiéndeme, oh gran príncipe, en la contienda espiritual de cada día. Sé mi defensa contra la corrupción y las trampas del adversario. Por tu intercesión, que pueda yo resistir y superar las pruebas, emergiendo victorioso en la fe y el amor a Dios.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.
Con humildad y reverencia, acudo a ti, buscando refugio bajo tus alas de luz. Imploro tu gracia para ser liberado de las garras del mal que acechan en silencio; que tu presencia sea el faro que guíe mi camino y la fortaleza que sostenga mi espíritu.
Que tu protección sin igual me impulse hacia adelante en mi devoción al Señor Todopoderoso; que tu fuerza celestial me inspire a perseverar en cada jornada, y en el umbral de la eternidad, sea tu mano la que me conduzca, libre de falta, ante el trono de la Gracia Divina.
Defiéndeme, oh gran príncipe, en la contienda espiritual de cada día. Sé mi defensa contra la corrupción y las trampas del adversario. Por tu intercesión, que pueda yo resistir y superar las pruebas, emergiendo victorioso en la fe y el amor a Dios.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.
San Miguel Arcángel: Defensor y Protector en la Batalla Espiritual
En un mundo donde el bien y el mal se confrontan constantemente, la figura de San Miguel Arcángel se alza como un poderoso defensor y protector. Su papel en la batalla espiritual es fundamental, brindando amparo contra las asechanzas del demonio y guiando a los fieles hacia la victoria.Oración de súplica y protección
La oración "San Miguel Arcángel, defiéndeme en la batalla. Sé mi amparo contra las perversidad y asechanzas del demonio" es una súplica ferviente por su intervención celestial. En ella, el creyente reconoce la necesidad de protección frente a las fuerzas del mal que buscan la perdición de las almas.Represión divina y poder celestial
La segunda parte de la oración, "Reprímele Dios, pido suplicante, y tu príncipe de la milicia celestial arroja al infierno con el divino poder a: Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. (Amén.)", invoca el poder divino para reprimir a Satanás y a sus huestes infernales. Se reconoce la autoridad de San Miguel Arcángel como jefe de la milicia celestial y su capacidad para arrojar al infierno a los espíritus malignos que buscan desviar a los hombres del camino del bien.Importancia de la devoción a San Miguel Arcángel
En tiempos de incertidumbre y constante lucha espiritual, la devoción a San Miguel Arcángel cobra mayor relevancia. Su intercesión celestial brinda consuelo, fortaleza y esperanza a los creyentes que se enfrentan a las tentaciones y asechanzas del enemigo.Conclusión
La oración a San Miguel Arcángel es una poderosa herramienta de protección en la batalla espiritual. Su intercesión celestial nos fortalece, guía y protege de las asechanzas del enemigo.
(Aunque no es obligación, se puede continuar con gran provecho la práctica de rezar esta oración después de la Santa Misa como se hacía antes del Conc. Vat. II.)
(Aunque no es obligación, se puede continuar con gran provecho la práctica de rezar esta oración después de la Santa Misa como se hacía antes del Conc. Vat. II.)